jueves, 3 de septiembre de 2020

Mi charla con el diablo


Una vez me dijo que no habría nadie en mi vida, si no era ella, que un amigo o una amiga, no estarían siempre, en cambio ella si lo haría si aprendía a conservarla. Tenía tantas ganas de demostrarle que estaba equivocada, pero quién era yo en realidad para fingir una sonrisa, ella tuvo la razón siempre.

Hace tiempo leí una frase que dice ‘’Un suicida no busca morir, sólo quiere acabar con el dolor’’, cuánta razón existía en frase. Catalogue la muerte como el acto más valiente que alguien pudiera hacer. Lluvia de crítica, dudas, reproches, pero en esta vida nadie logró entenderme como me hubiera gustado. Lloré tantas noches seguidas suplicando fuerzas y motivos para no dejarme vencer por este maldito pensamiento que me atormenta cada vez que decide aparecer en mi vida.

¿Sabes cuántas personas conocían mi estado? Más de las que consideré contarles, pero cada una de esas personas lo fue olvidando. Me di cuenta después de esto que, la lucha era sólo mía, yo tenía la decisión de dejarme vencer.

Otra cosa que también dije fue que el silencio era el grito más fuerte que podían dar las personas como yo. ¿Es curioso no? La primera vez que alguien me hablo de la manera más silenciosa, no pude estar ahí, ni siquiera me di cuenta a pesar de que lo expreso de forma muy textual. Cuando vi su cuerpo, no pude evitar verme a mí mismo. Era una decisión de valientes. Ahora me preguntó que se sentirá, porque desde hace tiempo tengo dudas sobre el sabor del suavitel.

Hoy me di cuenta una vez más la clase de monstruo que soy, es difícil mantener una relación cuando eres el tóxico, lo sabes, pero no puedes alejarte, no puedes hacer a nadie feliz. No importa en donde te encuentres. No importaba con cuantas personas podías charlar, ayudar, pero no había nadie para ti.

Esta noche decidí que quería dormir y no despertar, como siempre le estuve pidiendo a DIOS con tanto miedo. Para ella, sé que estaría bien, porque le quitaría un gran peso de encima, el dolor se irá con los años, sin embargo, de seguir conmigo, estaba seguro que haría su vida tan miserable. Siempre se lo exprese, ahora estoy convencido.

¿Uno también se puede morir por amor verdad? Puedes sacrificar tu vida para que esa persona pueda desprenderse de ti, para que siga su vida y sea feliz. Porque al final de cada historia, existió una persona que se convirtió en todo lo que odio, lastimo a todos lo que lo amaban y al final, entrego su vida para remediar todo.

Quizá a muerte no es tan mala, después de todo, ninguna persona no divina ha regresado.

 

® Luis G. Álvarez (H. Matamoros, Tamps. México)

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