jueves, 3 de septiembre de 2020

Deslave


Quien escapa del sufrimiento cuando tenemos pérdidas? ¿Crees que podré superarlo? Te recuerdo que he quedado sin nada, solo poseo lo que tus ojos alcanzan a ver, prendas y zapatos que escurren barro sobre un cuerpo que desfallece, agotado, tras buscar infructuosamente lo que más amo bajo un lecho de escombros…


¿Sabes? recibí señales y las ignoré, estaba ocupado en las rutinas del día a día, en el campo, fueron ruidos inusuales como crujidos de árboles, golpeteos de rocas, y el comportamiento nervioso de los animales, solo paré cuando escuche el estruendo que cimbró hasta el aire, y a lo lejos lo vi, la erosionada tierra del cerro no aguantó la tempestuosa lluvia de la noche anterior, y reblandecida se soltó desgajando su ladera, el pánico me invadió al pensar en mis hijos y esposa en casa, en el pueblo a sus faldas, y corrí gritando con el alma en el pecho ¡deslave! ¡deslave! ¡deslave! , pero fue en vano porque su raudal fue más rápido que mis pies, y su rugido era tan ensordecedor que no destacó mi enloquecida voz …


Fue en un parpadeo que el flujo de escombros llegó al pié de la ladera arrasando, ahogando, sepultando, dejando sobre sí otro tipo de ahogo, el de la pérdida… Sí, te resistes, deseando no reconocer a los tuyos entre los cuerpos inertes, los deseas a salvo, con vida, y con angustia los buscas entre la destrucción de toneladas de piedra y lodo, pero cuando se agotan las esperanzas tiembla tu cuerpo, tus manos, tu voz, y tus ojos reflejan ese miedo infinito que provoca el temblor ... ¿lo ves?, mi miedo es a existir después de ellos, lo eran todo.

 

® Trinity G. (H. Matamoros, Tamps. México)

0 comentarios:

Publicar un comentario