sábado, 12 de septiembre de 2020

''El amor que esta ciudad volvio eterno'' ® Tony Blamarth


Esta ciudad de alma sobria y paisajes sosegados esconde historias de amor casi imperceptibles, al cobijo del tiempo. Una urbe de sol, con noches cálidas, suaves y aplacibles donde el amor descansa y se vuelve cómplice de los enamorados...

Aquellos novios se amaban con pasión e intensidad y al mismo tiempo con pureza y ternura. Apenas los había juntado el destino y ni ella, mucho menos el, soportaban la idea de estar separados ni un solo instante. Parecían haber nacido para amarse.

Sus espíritus se complementaban, quizás por esa razón al caminar lo hacían tomados de la mano y el solo la abrazaba para cubrirla del frio, así como de cualquier cosa que supusiera un peligro para su amada.

Ella pensaba mucho en el y en todos los proyectos y sueños que le confiaba, quería estar a su lado en cada uno de sus logros y metas que cumpliera .

Ambos vivían separados de un extremo al otro de la ciudad. Su noviazgo apenas empezaba pero esta pareja de enamorados parecía conocerse de vidas pasadas.

En las noches dormían en sus respectivas camas, pero por obra del amor aquellos amantes se arrullaban con el palpitar de sus corazones, que latían al mismo tiempo. 

Ellos en su mundo y cuando estaban juntos, el mundo dejaba de existir. Una noche sus almas no soportaron mas la separación diurna y se desprendieron de sus adormecidos cuerpos, buscándose entre la noche, flotando lento por enzima de la pequeña metrópoli callada y solitaria, solo ella y el despiertos queriendo encontrarse para de nuevo continuar amándose.

Y se encontraron justo en el lugar donde tenían sus citas de los domingos. La plaza principal y corazón de la  ciudad. La recorrieron juntos para después posarse sobre su banca preferida aquella que daba al pequeño kiosco, a donde subieron para unir el calor de sus almas y hacer el amor, encuentro íntimo que fue más allá de la carne creando el momento más sublime en la existencia de estos dos enamorados.

Luego deambularon  por las tiendas del centro, sin prisa, pausados y hablando de como seria su futuro, e  imaginándose siempre enamorados. Esa noche la ciudad les perteneció por primera vez. Pero ambos sabían que cuando llegara el amanecer volverían a separarse, es por eso que se negaron a regresar a sus cuerpos. Sus corazones enamorados decidieron nunca mas alejarse y apartar  de ahí, su amor se volvió eterno, nada ni nadie podría separarlos jamás. Su promesa de amor fue sellada con un beso, mientras el sol de la mañana los acariciaba con sus primeros rayos de luz. Desde entonces se dice que aquellas almas enamoradas se volvieron parte de  la ciudad y están presentes en cada acto de amor que se sucia dentro de sus calles, edificios y en el aire mismo que respiramos. Tal vez por eso cuando su mirada se encuentra con la tuya o tu encuentras la de ella, ha de ser porque ellos juegan a unir corazones. 

Ya que en esta urbe de sol, con noches cálidas, suaves y apacibles, es donde el amor descansa y se vuelve cómplice de los enamorados.

 

® Tony Blamarth

 

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