lunes, 31 de agosto de 2020

En el parque


Don Pancho salió del bar haciendo eses. Eran las 2:00a.m.

que se mueran..hic..los feos, tarán, tarán….que se hic…mueran los feos, tarán hic tarán…” jajaja….

Cruzó la calle. Se paró en la esquina del parque de enfrente y dijo:

-¿Dónde…dejé mi carro? hic…

   Caminó hacia un árbol, miró a todos lados y se puso a orinar. Al voltear se sorprendió de ver a un hombre sentado en la banca más cercana. Habría jurado que hacía un momento no había nadie. Se paró junto a él y señalando la esquina, le dijo arrastrando las palabras:

-Allí…dejé mi carro…hic y ya no está…¿no lo viste?

-No ¿cómo es tu carro?-dijo el hombre

-mmm…azul hic...-dijo Pancho y se sentó en la banca- ¿y por qué tan trajeado?... vienes de una boda hic… o funeral?...¿no eras el novio…y te escapaste hic…¿o sí? Jajaja…hiciste bien…¿y cómo te llamas eh?

-Frederik

-¿Qué cosa? Hic…jajaja…perdón…yo me llamo Pancho…¿no viste mi carro?...aunque no recuerdo si traía mi carro…o la camioneta de mi vieja…ojala se hayan robado su camioneta… jajaja…cómo no se la roban hic…a ella jajaja

-¿Por qué te emborrachas Pancho?

-Pa reírme mucho hic…¿y tú por qué no te ríes si no te casaste? jajaja…si vienes de un funeral…espero hic…que no seas el muerto eh?...jajaja…aunque más bien pareces crudo…jajaja…-y empezó a cantar: “que se mueran los feos…tarán tarán…hic que se mueran toditos, toditos, toditos hic…los feos.... jajaja…” ¿o fue ella la que se escapó hic… de la boda?...no estés triste compadre…hay muchas viejas…y a algunas les gustan feos…jajaja…oye ¿no viste mi carro?

-¿Dónde vives Pancho?

-Yo no vivo…yo sobrevivo…no me acuerdo hic…dónde sobrevivo…cuéntame un chiste Federico…

-No sé ninguno.

Y Pancho siguió hablando y cabeceando a ratos. Frederick que estaba en el extremo de la banca, lentamente se fue recorriendo a su izquierda junto a Pancho que alcanzó a verlo de reojo y a pesar su borrachera, notó algo raro, y se deslizó también a su izquierda un poco. Frederick se inclinó hacia él discretamente para olerlo; y luego se acercó a la cara de Pancho y éste tratando de levantarse dijo:

-Épa compadre hic…yo no soy de esos…yo soy un borracho hic…muy decente…-y antes que se diera cuenta, ya tenía unos enormes colmillos encajados en el cuello succionando su sangre. Pancho quedó tirado en la banca como un trapo.

Frederick voló rápidamente hacia lo alto del edificio de enfrente. Se sentó en el borde. Miró hacia abajo, vio a Pancho en la banca y sonrió. Se levantó. Empezó a caminar por la orilla, y se dejó caer al vacío riéndose a carcajadas, para luego de inmediato remontar el vuelo en suave zig-zag hacia los edificios de alrededor mientras cantaba: “…que se mueran los feos, tarán, tarán… hic… que se mueran los feos, tarán, tarán… jajaja…que se mueran toditos, toditos, toditos, hic…los feos....” jajaja…

 

FIN

 

® Matty Ortíz (H. Matamoros, Tamps. México)

  

Súper Héroe


Papá se fue al cielo cuando yo era apenas un bebé, solo lo conozco por fotografías que Mamá tiene guardadas en su cajón de los recuerdos. Ella dice que me parezco mucho a él, que tenemos los mismos ojos café oscuro y que nuestro pelo alborotado es único en el mundo. Recuerdo bien las historias que mi madre solía contarme antes de dormir, solía, porque ahora soy un niño grande, por lo que, para poder dormir, repito en mi mente las historias que no hace mucho me arrullaban. 

Mami y yo éramos un gran equipo, todo lo hacíamos juntos. Si se tenía que pintar la casa, lo hacíamos juntos. Si teníamos que ir por golosinas al súper mercado, lo hacíamos juntos. Si había que bañar a DODO, lo hacíamos juntos. Hacer palomitas, la cena, los Hotcakes de los domingos, los paseos para estirar las piernas, si, lo hacíamos todo juntos. Pero un día todo cambio. Mami conoció a un señor con mala cara, siempre me dio miedo y no me gustaba estar cerca de él. Las veces que venía a casa me sentía obligado a platicarle cosas de la escuela, de mis juguetes y de Dodo. No me agradaba mucho, pero Mami se veía muy feliz a su lado. 

Yo pensaba que solo eran visitas de vez en cuando, porque venía dos o tres veces por semana, después de la cena se iba y todo regresaba a la normalidad. Pasado el tiempo, comenzó a quedarse en casa a dormir con Mami. Al principio Mami seguía contándome historias de mi padre, pero cuando él se quedaba, el cuento lo cambiaba por cosas sin sentido, mas yo seguía contento de que al menos se despidiera con un dulce beso en mi frente. 

Cuando él se mudó por completo, no me puse muy feliz. Mami ya no me contaba historias, solo entraba rápido a darme un beso, aunque con los días ni las buenas noches. Ya no hacíamos las cosas juntos como antes, el desayuno, la comida y la cena ya no eran divertidas, ahora todo era diferente. A mí me tocaba comer solo o con la mirada perdida de mami sosteniendo una taza de café que duraba horas en ser bebida. Ya no íbamos al súper juntos, ya no había Hotcakes los domingos y Dodo pronto estuvo tan sucio que comenzó a dormir en el patio. No entiendo porque ya no bañábamos a Dodo. 

Muchas noches escuche a alguien llorar. Yo no sabía quién era y me tapaba hasta la cabeza pues me daba mucho miedo, se escuchaban como largos lamentos que pronto se callaban cuando la pared retumbaba como cuando los relámpagos caen del cielo. Nunca lo comprendí, pero un día, Mami lloró mucho tiempo abrazándome en la sala, mientras Dodo nos miraba y ella me pedía perdón ¿Perdón de qué? No sé. 

Cuando entré a la escuela de nuevo, volvimos a ser Mami, Dodo y yo. Nuevamente todo lo hacíamos juntos. Ahora solía ir a casa de un amigo a ver caricaturas cuando Mami tenia cosas urgentes que hacer por su trabajo. Yo me divertía mucho viendo televisión con él, sobre todo porque veíamos los POWER RANGER. Era nuestro programa de televisión favorito. Yo era el P.R. AZUL y mi amigo era el ROJO. Nos encantaba imaginarnos esas aventuras que pasaban delante de nosotros y muchas tardes después de verlos en la pantalla, salimos al patio para tener nuestras propias aventuras y así salvar al mundo. 

Mami, Dodo y yo, éramos muy felices. 

Recuerdo que un policía y una señora de gafas fueron por mí a la escuela, me sentaron en un sillón grandote negro y ahí me dijo que Mami no iría mas por mí, que ahora ella estaba en el cielo con Papi y que yo estaría a salvo junto al Señor que durante un tiempo se había quedado en casa. No me dieron muchas explicaciones, solo vi a entrar a ese tipo de mala cara y aspecto raro. Y desde ahí, nunca más tuve una noche tranquila. 

Me sentía como prisionero en mi propia casa. Para no molestar a mi nuevo Padre, había aprendido en poco tiempo a estar en silencio, a comer comida fría, a ver a Dodo por alguna de las ventanas de la casa, a estar calladito cuando entraba en mi cuarto y me tocaba como según decía a mi mami le gustaba, a cerrar los ojos y no gritar cuando sentía que algo metía “allá abajo”, a no respirar cuando se ponía encima de mí y me decía en los oídos que era un juego secreto que hacen los amigos grandes con los amigos chicos. 

Aprendí, a los 6 años, a ser ciego, sordo y mudo. 

Un día Dodo dormía conmigo, lo había metido a escondidas a mi cuarto, cuando él entro y trato de jugar conmigo ese juego de grandes que yo tanto odiaba, Dodo le ladro muy fuerte y se le fue encima para protegerme como lo hacían los PROWER RANGERS en la televisión, pero mi nuevo Padre lo sujeto del cuello tan fuerte que pronto se quedó dormido, recuerdo que al ponerlo en el suelo se acercó a mí, se quitó la ropa y me dijo:

“Justo como lo hice con tu Madre”. 

Paso un año, un eterno y largo año. Un día la Mami de mi mejor amigo fue por mí a casa y me llevo a la suya, ahí comí, bebí, miré televisión y tuve una tarde normal. Mi amigo me dijo que sus Padres querían que yo fuera su nuevo hermanito, pero que la policía tenía una carta de mi Mami donde decía que yo le pertenecía a ese Señor de mala cara. Ambos estuvimos felices de solo pensar en ser hermanos. 

Esa tarde, mi mejor amigo me platicó que vio una película de súper héroes donde con sus poderes detenían a la gente mala y salvaban el mundo. Yo le dije que mi nuevo Padre era malo y que yo quería ser un súper héroe para poder salvarme, claro, también salvar al mundo, pero primero tenía que ser yo. De una caja sacó la máscara del Power Ranger azul, me dijo que la usara cuando fuera a la cama para dormir y me dio un pequeño objeto afilado que había encontrado en casa de sus abuelos. Yo los tomé y los escondí en la mochila con la cargaba mis cuadernos de la escuela. 

Esa noche, cuando sabía que él entraría a mi cuarto para “jugar”, me puse la máscara, oculte bien el objeto afilado y cuando lo vi echarse encima de mí, rápidamente puse la mano sobre mi estómago y cerré los ojos invocando los poderes de todos los POWER RANGER. 

Y ahora estoy aquí, el cuarto blanco no es del todo malo, a veces tengo frio, pero la manta que me trajo mi mejor amigo me ayuda mucho. A veces viene con toda su familia y me traen golosinas. Nunca volví a ver a los P.R. pero no importa, me dejaron conservar la máscara del P.R. azul y la uso todo el tiempo. A veces vienen doctores a verme, pero no se quedan mucho tiempo, como que sienten miedo de mí, lo cual no entiendo si yo soy un súper héroe que protege al mundo de los malos. Pero bueno, al menos Dodo está conmigo, aunque nadie más lo puede ver yo lo veo, lo cual esta genial ya que me dijeron que aquí no podía tener un perro. Quisiera que Mami también estuviera aquí, me siento muy solo, pero sé que Mami está en el cielo y desde el cielo me cuida. 

Ojalá que pronto me dejen salir y me convierta en el nuevo hermanito de mi mejor amigo. No sé cuándo vaya a suceder, la última vez que lo vi, tenía barba y ya era muy alto, muy pero muy alto, según me dijo, ahora veía los POWER RANGER con sus hijos. 

Pero bueno, me despido, tengo que ir a jugar con Dodo antes de que vengan las enfermeras para darme golosinas y dormir durante horas. 

 

(R) Amiie Aguirre (Reynosa, Tamps. México)

Una luz en mi ventana


A veces simplemente no puedo dormir. Fue gracias a mi insomnio que sucedió.

Eran las once de la noche y el sueño no me llegaba. Escuché roncar a mi hermano, debía estar muy cómodo en la parte de arriba de la litera. Me levanté de la cama y caminé a la cocina, leí en algún libro que la leche caliente ayuda a dormir y relajar el cuerpo, revisé el congelador pero no había ni un solo bote de leche, seguro mi hermano se la había terminado en la cena. Revisé más al fondo del congelador y encontré un jugo de uva, verifiqué la caducidad.

Después de beber todo el jugo volví a mi habitación y me recosté en la cama. Me puse a observar por la ventana, me he dado cuenta de que por la noche hay una hermosa vista a las estrellas, mientras contemplaba la noche, una luz muy extraña apareció volando muy rápido, al principio pensé que podía ser una luciérnaga o alguna clase de estrella fugaz pero no hay luciérnagas aquí y se veía muy cerca para ser una estrella fugaz. Cada cierto tiempo la luz volvía a pasar por mi ventana y parecía que intentaba entrar a mi habitación.

Ya casi eran las dos de la mañana y aun no tenía sueño,  pensé  que tal vez un poco de aire fresco me ayudaría, determinada salí al jardín de mi casa, ahí tenia mejor vista a las estrellas, puse una manta y una almohada y me recosté viendo a las estrellas. Me levante rápidamente al sentir que un animal pequeño entro a mi boca. Tal vez me dormí una o dos horas porque todavía no salía el sol, me dirigí a la puerta de mi casa solo para darme cuenta de que me quede encerrada en mi jardín, no estaba segura de que hora era pero estaba segura de que era tarde y no quería despertar a mi madre y mucho menos a mi hermano así que por ahora iba a tener que esperar. Me di cuenta de que la luz me había seguido hasta el jardín así que por lo menos iba a tener compañía.

Pase un buen rato intentando atrapar la pequeña luz pero era imposible, la luz salió de mi jardín y como estaba aburrida decidí seguirla, la luz me llevo a un bosque donde de una pequeña cueva salieron miles de luces como la que había seguido. Todas estaban volando alrededor de mí y para cuando miré al piso me di cuenta de que estaba flotando, cada vez subía más y más hasta que me di cuenta de que estaba tan alto que podía ver la ciudad entera.

Mientras las luces me paseaban por la ciudad alcance a ver las casas de mis amigas y en lo alto de una montaña se encontraba la casa de mi abuelo, estaba amaneciendo, mi madre se iba a preocupar si no llegaba a casa rápido así que les pedí que me llevaran a casa, y parecieron entenderme porque dieron media vuelta y regresaron rumbo a mi hogar. 

Al llegar a casa, las luces me bajaron lentamente y me dejaron en mi jardín, después de aterrizar las volaron al bosque donde las encontré, una de las luces se quedó pegada a mi ventana pero no la quise quitar.

Me desperté rápidamente, todo había sido un sueño, aún era noche así que decidí beber un vaso de jugo de uva, al sentarme al borde de mi cama observé la ventana y me di cuenta de que había una luz muy brillante ahí.

® Jeimy Alessandra Sanchez Galvan (H. Matamoros, Tamps. México)

Pink Power


 Había sobrevivido los noventas, las marcas en sus brazos eran un latente recuerdo de aquellos días. Alecia soltaba un suspiro, agotada trataba de escribir unas líneas más sobre la hoja un tanto desgastada por los borrones que llevaba hasta entonces, escribía cinco palabras, borraba tres, las ideas se confundían en su mente, el café casi frío no lograba hacer efecto en sus manos temblorosas. Yo no era la "Kimberly Hart", releía la última línea. Se quedó pensando. Miró su rostro reflejado en la cafetera cromada frente a ella, quién era esa mujer de casi cuatro décadas? , una sarcástica sonrisa se dibujó en la mujer. “Eres un chiste”, dijo. Caía la noche. Tocaban con insistencia la puerta, con disgusto, se acercó a abrir. “Quiero estar sola”, dijo al momento que giraba la perilla. Entró un hombre extravagantemente vestido, sacudiendo sus manos, hablando con desespero, restregaba una letanía de argumentos mientras desviaba su mirada como buscando algo alrededor. Clavó su mirada en la hoja sobre el pequeño buró de la estancia.


-Aquí está! , sonrió triunfante, ella trataba de arrebatársela.

-No, está inconclusa.


Él leía ignorándola.


-Eres asombrosa Alecia!, la besó eufórico. A ella le exasperaba.


-Nada del otro mundo, contestó con modestia.


-Pensar que eras una mocosa Power Ranger, quién iba a decir que seguirías siendo una heroína a otro nivel, la gran Pink.


Ella lo miró con fastidio. Se escuchaba ya la tercera llamada al escenario.

Acomodó su exótico cabello rosado, la adrenalina ya circulaba su cuerpo, el público tarareaba “Just like a pill”, se sintió a salvo entre aquellas personas. Estaba cansada de luchar contra sí misma. Las huellas en sus muñecas se lo recordaban cada día.

 

©️ Ruth Martínez Meraz (H. Matamoros, Tamps. México)

El club de los elefantes rosas


 Congregación No. 34.

-Comenzamos la sesión. No se han otorgado los resultados esperados. El concilio está determinando si las causas son factibles sobre los sucesos ocurridos ayer por la tarde, nuestros allegados alegan, no con hechos, sino con la osadía de sus convicciones que lo que paso, fue un acto inhumano. Si nos basamos en lo que ha marcado la historia, hemos demostrado que no se considera un acto terrorista, ni tampoco son acciones de una versión moderna de Jack el Destripador. Esto señores, es algo divino, algo que va más allá de nuestro conocimiento real, una lógica; por tal razón, exijo que se haga una investigación exhaustiva. No podemos permitir que lo que se hizo en esta parte del mundo, se vuelva a repetir. Hermanos, hemos mantenido nuestros secretos por muchos años y un suceso como este, podría poner en evidencia todo lo que tenemos resguardado. Lo divino nos ha caracterizado, pero este suceso va más allá de nuestro conocimiento y los invito a tomar una decisión: si debemos o no, interceder. Lo que conlleva a la siguiente pregunta hacía el Gran Arquitecto ¿se catalogado este suceso como algo equivocado? ¿Qué tanta de nuestra reputación se verá afectada? Los medios han estado hablando acerca de nosotros, al igual que las redes sociales, sin embargo, y todos lo sabemos, no es más que un 10% de lo que en verdad somos, de lo que la luz representa, lo que ustedes mismos, están mostrando al mundo, con nuestra postura de anonimato, pero en reconocimiento para nuestros hermanos. El tiempo ha determinado que la decisión tiene que ser precisa en este momento; sin embargo, los invito a reflexionar sobre qué es lo que ganaremos y qué es lo que perderemos.

-No podemos levantar la sesión, si es imprescindible que otorguemos más tiempo, así será. El tiempo por sí sólo no determina una buena acción y menos una decisión. El castigo de lo divino es una muestra de purificación del alma, esconde dentro, el parlamento de la fuerza fraternal. Hermano, lo que tienes ante tus ojos, no es más que un efecto dominó causado por malas decisiones que no, nos conciernen. El traer el problema a este recinto, sólo ha creado el caos, dentro de la austeridad que buscamos emplear para nosotros mismos. Los allegados han fanfarroneado solamente las cuestiones que has comentado en esta noche. La ceremonia agendada fue severamente afectada, aislada, rechazada, prejuiciada y abandonada. Debemos… - es interrumpido -.

-No se trata más que de mera cobardía, si las intenciones son con el factor del cambio ideológico, entonces esta debe esclarecerse, no sólo bajo condiciones morales, nosotros no actuamos de esta manera. La vitalidad de la verdad que buscamos encontrar, es la luz misma de aquella primera reunión. La promesa adquirida, el vaivén emocional y el juramento dictado, ¿fueron solo falacias? Oh es que las intenciones cambian, cuando nuestros hermanos han encontrado el motivo de cada persona, relacionando la oportunidad de establecerse a sí mismos, con la promesa de una vida digna, de luz, esperanza y conocimiento.

-No creo que lo que ahora es punto de debate deba ser considerado como un hecho dentro de nuestra congregación. Si el resultado de la verdad determina que el acto provocado por uno de nuestros hermanos, va dentro del lineamiento social, debe ser castigado por su infracción en una situación alejada a lo que nosotros hacemos en este recinto. Su falta de conocimiento e ignorancia nos ha brindado una mejor percepción de lo que solía ser cuando acudió a nosotros, sin embargo, su determinación nos enseñó aquellos pasajes que el mismo libro nos muestra, y que creíamos ya no existían, por tal motivo, lo invito a reflexionar si en verdad vale la pena deshacerse de todo cargo que ha adquirido por un problema que no nos corresponde.

-Las enseñanzas aprendidas han sido gracias a la congregación, a mi maestro, a nuestro Gran Arquitecto y todo aquello que me sido confiado, pero no puedo dejar pasar por ningún motivo, este acto de cobardía y dejar a uno de nuestros hermanos en la deriva cuando me necesita, cuando nos necesita… -es interrumpido -.

-Usted no ha sido más que un miembro del cual aún está en reconocimiento. Y reitero que considere sus acciones, pero sobre todo sus decisiones, si es que decide dejar todo por un asunto ajeno. O caso ya olvido que su objetivo era buscar la verdad? Todos los dotes que se le han otorgado, se le retirarán, será sólo un recuerdo de las malas circunstancia y su memoria quedará pasmada, igual que cuando arribo con nosotros.

-Parece que ustedes han olvidado que lo que solían pregonar, ideales despojados de sus ropajes, túnicas y collares, que sólo han demostrado ser más que un gran nombre. Por esta, esta única razón, es que he decidido inclinarme por aquello en donde no llega la luz, a la cual le hice un juramento, ahora sosegado por la incertidumbre, lo visible, la humildad y hermandad, decidiré dejar todo lo adquirido por el resguardo de uno de mis hermanos.

-Entonces que así sea. Se trasladará a la siguiente habitación, no quiero que siga manchando este recinto con un idealismo tan pobre como el de usted.

-Lo haré, pero que quede claro que mi postura en este recinto es la misma e incluso mejor, de la primera vez que pise este lugar sagrado. La congregación ha determinado mi postura y mi conocimiento. El dador de luz ha atribuido a mi bienestar, convirtiéndome en un hombre diferente, de paz, de reconciliación, de redención, pero sobre todo de conocer para impartir y compartir con nuestros hermanos lo que aquí se me ha otorgado.

Todo quedo en silencio por unos minutos.

-No cabe duda, que dentro de una sociedad tenemos a una persona moral, disciplinada, que cumple con lo establecido por la ley. Con nosotros más que un hermano, una persona de conocimiento, dador de la verdad, distinguidor de la sabiduría. Servidor mas no sirviente. Por tal motivo he decidido por el poder otorgado en este concilio que hemos formado el día de hoy. Su ascenso a Maestro. La situación controversial en la que se ha envuelto, no es sólo más que una prueba de carácter la cual ha sido forjada con el único propósito de conocer su determinación y lealtad. Ha demostrado ser un hombre de bien, lo ha demostrado.

No tenía palabras para expresar lo que acaba de escuchar. Me quede en silencio unos segundos.

-No tengo palabras para describir mi frustración e ira, al considerar que mis servicios fueron puestos en duda al escuchar todo lo contrario, que me mostraron al inicio. Lo único que puedo decir en este momento es gracias y en mi postura civil, agradezco que la vicisitud haya sido sólo una ligera cortina, que todo se encuentra en perfecto estado. Nuestros corazones han comenzado latir como uno solo.

-Adelante Maestro. Su conocimiento aguarda. Su sabiduría ha sido y será la mejor herramienta de su persona.

Y juntos entramos a la siguiente habitación, iluminada solamente por algunas velas. Los símbolos los reconocía. Estaba ansioso por saber lo que me aguardaba, pero al mismo tiempo me sentía como un estafador, puse en duda mis convicciones por creer las verdades ocultas de las personas que buscarán de alguna manera perjudicarme. Al final, es lo que sucede con nuestra sociedad, esta doctrina nos encamina hacia el conocimiento. La capacidad de resolución y como ser miembro de esta carrera llamada vida.

-Bienvenido una vez más al club de los elefantes rosas maestro!!

De nuevo me sentí libre y próspero.

 

® Luis G. Álvarez (H. Matamoros, Tamps. México)