lunes, 3 de agosto de 2020

Cuando ella me dibuja



Bien…

Cuando ella me dibuja, siento la suavidad de su alma, veo el color de sus ojos y la ternura con que me mira... Siento deslizar muy suavemente sobre mi retrato, el carbón que poco a poco va dando paso a la silueta, a esa que muestra lo que fui, lo que soy... Y quizá, en lo que me convertiré.

El tiempo, cual vil usurero sin piedad viene y cobra

No importándole tu sentir, el acoso a tu alma o cualquier sentimiento perdido

Pero cuando ella me dibuja, vuelvo a recordar, regresan a mi ser pautas que deje olvidadas, aún convertido en causa probable, me aferro y continúo.

Ella me alienta, ánima a mi alma incierta dándole algunos bríos cuando posa su calidad intimidad en mí.

Intento sosegar mi desespero, lagrimas corren a raudales libremente y con vergüenza escondo el ánimo y mi cara del espejo, recuerdo entonces aquella frase vallejana: ''Amado sea el niño que cae y aún llora, y el hombre que cae y ya no llora''.

Cuando ella me dibuja, define a palmo cada detalle, ilustrando lo bueno y lo malo que en mi ser pudiera mostrar, dejando al descubierto vagas necedades, sublimes sensaciones y sueños escondidos, reflejando en ese mirar algo que quizá,  el tiempo se encargó de olvidar.

Y poso con gallardía, o al menos lo intento, mostrando que todo a mi alrededor no es, sino, un auténtico pasaje.

Y ella continúa dibujándome, me sonríe y me pide que no me distraiga, quiere toda la atención porque no quiere perder un sólo trazo, razón entendible de su maestría.

Cuando ella me dibuja, vuelvo a ser un niño, queriendo encontrar el cobijo de mamá o de papá, sentirme protegido por alguien más fuerte que yo, pero mi realidad es esa, que está plasmada en ese papel.

Por eso, cuando ella me dibuja, sé que no la debo molestar ni perder, ella es la fé... Mi fé que mueve montañas, que atraviesa ríos insondables, que me hace caminar cuesta arriba aun cuando mis piernas flaquean, es la fuerza sacada desde lo más recóndito de mi ser, ella es quien me mantiene vivo y me ayuda a encontrar el punto exacto, el equilibrio necesario para dirigir mi barco bajo la tormenta.

Por eso, cuando ella me dibuja, he aprendido que yo... Simplemente me debo dejar, abandonándome a sus trazos, y dejar que una vez más, haga de mí... Su mejor retrato.

 

® Rey Louis (Atlanta, Georgia. E.U.A.)

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