martes, 30 de mayo de 2023

''Visita onírica extratemporal'' ® J. Azeem Amezcua


 Diario de la cuarentena. Lo he escrito en diversas ocasiones, ya no se trata de una cuarentena este encierro, va más allá. Por eso, creo justificar adecuadamente mi pasatiempo: las proyecciones astrales. O algo similar, ya que a diferencia de lo que se conoce, no aparece mi alma como un fantasma en otra parte del mapa.

Desde pequeño, me intrigó mucho el universo onírico, aunque soy capaz de muchas cosas mientras estoy dormido, mi investigación y constante entrenamiento me han llevado a otro nivel. Por ejemplo, a mis viajes favoritos, esos en los que soy capaz de transportar mi mente hasta mi propio cuerpo, pero de otro tiempo. Ya sea que visite unas horas al niño de diez años que fui, o que lo haga con el anciano de un tiempo en el que no he estado, solo para ver maravillas de la siguiente modernidad.

Antes, había omitido esta información en mi bitácora de cuarentena, es cierto que hay demasiados apartados donde coloqué “siesta”. Van desde treinta minutos hasta horas. Por el estado psicológico que me han diagnosticado es normal dormir tanto, así que nadie lo puede cuestionar. Pero, en realidad, ha sido mi ventana de escape. Sin embargo, cada vez he tardado más en volver, se van prolongando más las horas que paso lejos, que mi cuerpo se queda inerte en una cama o un sillón. Temo, que alguna vez ocurra algo malo, o peor aún, que sea incapaz de volver. Pueden ser coincidencias, pero casi podría jurar que mi cuerpo se ha movido en un estado de sonambulismo. Y en la última transición, ya no pude despertar cuando lo quise.

He reflexionado al respecto, disfruto demasiado volver a vivir algunas etapas de mi vida. Aunque pareciera que soy capaz de cambiar los hechos, porque siento plena conciencia, no lo hago. Me aterra hacer estallar un efecto mariposa que arruine mi verdadero presente. Pero no hace falta, porque no tendría esta habilidad si las cosas no hubieran sido así, por lo tanto, revivo constantemente los buenos momentos. Así mismo, un vistazo al futuro que puedo construir, el tiempo que he pasado en el mañana, me da orientación para confirmar que eso es lo que quiero. Pero por mucho que me gusté viajar, no había dejado de pensar cuánto me estoy perdiendo del hoy, lo que podría generar no construir esos cimientos del mañana.

Ahora, más que nunca, necesito dominar lo mayor posible mi mente, controlar cada pensamiento, sobre todo, controlar mis horas de sueño. El último suceso, coincidencia o advertencia, es el indicador de cómo me voy perdiendo. Mi propio cuerpo empieza a dejar de responder. Como si ya no me perteneciera.

Tengo la teoría de que puede ser una afirmación real. Entonces, la última vez que me fui, mi cuerpo ya no me perteneció. El viaje que hice fue al futuro. Normalmente no me quedó mucho tiempo en el mañana para no arriesgarme a un disgusto y cambiar esa línea de tiempo. Entonces, después de una caminata, alguna lectura, o un rápido recorrido en los videos de la tecnología, pensaba en el mantra necesario, palabra a palabra repitiendo en mi mente para despertar. Pero ya no funcionó. Lo logré después de una gran cantidad de desesperados intentos, después de veinticuatro horas. Tuve que tratar con extraños y conmigo mismo, a pesar de parecer un cuerpo ajeno.

Cuando desperté en mi cuerpo actual, todo parecía normal, como si el tiempo no hubiera pasado, una siesta en mi cama. Fueron las notificaciones excedentes de mi teléfono las que delataron el verdadero tiempo que estuve fuera. No tengo forma de comprobarlo, pero creo que fue mi yo del futuro quien estuvo jugando con mi cuerpo. Antes, no había pensado en eso, pero, así como yo le he quitado la conciencia a otros yo, de otra época, en esta ocasión, la mía fue arrebatada.

Quisiera quedarme despierto para siempre. Para alejarme de la posibilidad del apoderamiento de mi mente. Sin embargo, no sé cómo. Tantos años estudiando la psique, el cerebro, principalmente el universo onírico, todo ha sido insuficiente. Creía tener un dominio mayor sobre esta clase de poderes, pero al igual que el infinito de la galaxia, hay mucho por descubrir. Me enfoqué demasiado en ir lejos, que jamás pensé en una protección para el cascarón vació en mis partidas. Tengo bastantes métodos para sumergirme en fase REM, pero ninguno para regresar al instante de ella, al menos no sin ayuda externa.

El mayor terror, es que, aunque así fuera, aunque lograra conseguir una fórmula química que me mantenga despierto, o que sea capaz de despertar mi conciencia del sueño profundo, es completamente inútil. Si descargo estas palabras en mi bitácora es porque así puedo suponer que mis personalidades del futuro han tomado más de una vez mi cuerpo. Casi siempre lo han hecho mientras yo no estoy, mientras estoy usurpando mi cuerpo de otro tiempo. Sin embargo, el misterioso desmayo que deje reportado hace un par de meses, ahora tiene sentido.

Estaba solo, trabajando desde mi hogar como la mayoría de gente en la pandemia, era casi el mediodía y cuando desperté empezaba a anochecer. No tuve ninguna llamada, mensaje, ni urgente que resolver. Así que no pude comprobar con nadie que mi cuerpo quedó estático en la silla frente a la computadora. Pero por más simple que pueda parecer, al momento de despertar, no tenía hambre, de hecho, me sentía demasiado satisfecho, para haber pasado ocho horas desmayado.

 

® J. Azeem Amezcua

0 comentarios:

Publicar un comentario