domingo, 22 de agosto de 2021

''Hermanos'' ®Raúl Martín Valdez


Joaquín, José y Julián, nacieron en un mundo complicado, rodeado de avaricia, contaminación, materialismo y otras tantas creaciones humanas.

Su niñez fue muy agradable para los pequeños, compartían juegos y un sinnúmero de aventuras y permanecían muy unidos, aunque a veces, surgiera alguna disputa entre ellos.

Durante su adolescencia, sólo José, conservó la frescura de la infancia mientras que sus hermanos, empezaron a preocuparse por cuestiones más banales y en su mente, comenzó a anidar la certeza de que solo los valores materiales eran importantes.

Trazando esta meta como eje de su vida, Joaquín y Julián, decidieron que harían todo lo posible para conseguir poder y riquezas.

El primero de ellos, ingresó en las Fuerzas Armadas y, haciendo una carrera meteórica se convirtió en un general asesor del presidente de la nación.

Por su parte Julián, siguió la carrera de ingeniería y, al igual que su hermano, logró un puesto destacado en el equipo del primer mandatario.

Mientras los dos hermanos realizaban sus exitosas carreras a costa de muchos sacrificios personales, el planeta, que ya estaba bastante deteriorado, sufrió un terrible colapso: millones de hectáreas de bosques, sucumbieron bajo las llamas de la codicia, toneladas de tierra fueron arrasadas por la inclemente sequía y una infinita cantidad de agua comenzó a perder su potabilidad.

La situación era tan crítica que las nuevas generaciones llegaron al mundo sin saber muy bien qué era un río, un árbol o un simple pájaro silvestre.

A pesar del panorama angustiante que el planeta padecía, nadie se preocupaba a excepción de José; este hombre, era el único que mostraba un genuino interés por lo que estaba sucediendo y, a su manera, intentaba recuperar todo lo que la humanidad había destruido.

Una calurosa tarde de verano, la población mundial, contempló con estupor, la presencia de gigantescas naves que comenzaron a sobrevolar las principales ciudades del planeta.

Enseguida, el presidente del país que habitaban los hermanos, reunió a su equipo de asesores y solicitó su consejo.

Joaquín, se puso de pie y, mientras pasaba sus manos por el saco poblado de medallas dijo al auditorio:

-          Ninguna fuerza espacial, se presentaría de esta manera si no tuviese intenciones hostiles, es evidente que estos visitantes vienen por nuestras riquezas…es decir por las riquezas de la humanidad, sugiero que coordinemos a los ejércitos del mundo y ataquemos con todos nuestros armamentos.

No hubo objeciones a la propuesta del general, pero la operación fue un terrible fracaso. Los humanos, utilizaron sus proyectiles en vano y quedaron indefensos ante los visitantes.

Al observar esta mala estrategia, el presidente despidió a Joaquín y llamó a su lado a Julián; cuando el nuevo asesor se hizo cargo de la situación, ésta había empeorado notablemente: de las gigantescas naves, comenzaron a salir naves más pequeñas de las que descendían unos seres de casi tres metros de altura, ataviados con sofisticados trajes espaciales y cascos oscuros que protegían sus cabezas.

-          Está comprobado que no podemos atacarlos –dijo Julián mientras se rascaba la cabeza-, la única solución que nos queda, es utilizar nuestra avanzada tecnología y, construir domos de protección.

La estrategia fue efectiva durante un tiempo, los invasores no podían traspasar la aleación de zinc y cristal líquido, pero pronto, los humanos se percataron de su error: los invasores no podían ingresar, pero los refugiados tampoco podían salir a procurarse alimentos.

Cuando pasaron treinta días de encierro y, cuando parecía que los sobrevivientes iban a asesinarse entre sí, surgió un hombre, José, que propuso algo nuevo. Al oír su propuesta el presidente lo tildó de loco, ¿cómo podría triunfar él, un simple escritor, un narrador de historias, allí donde habían fallado sus mejores militares e ingenieros? Igualmente, aceptó la propuesta, debido a que no tenían nada que perder.

Sin más demoras, José, tomó sus libros, salió del domo y, comenzó a caminar hacia los invasores. Al ver que el hombre se acercaba, varios visitantes rodearon al escritor de forma intimidatoria y, uno de ellos se adelantó, llevó sus manos a la cabeza y se quitó el casco. José quedó asombrado, el ser del espacio, tenía rasgos humanos.

-          Venimos de un universo paralelo, como podrás apreciar, somos humanos, igual que tú, pero más evolucionados, solo queríamos hacer contacto de manera pacífica, pero nos atacaron y después se ocultaron y no los culpo, nosotros nos comportábamos de esa manera hace treinta mil años atrás, pero, viéndote puedo afirmar que nuestro viaje no ha sido en vano, en tus manos, tienes la clave de todo…

-          No comprendo…

-          En tus libros, se encuentra todo lo que el humano de tu tiempo y nosotros destruimos…

-          Sólo son libros…un conjunto de letras diseminadas en papeles que ya nadie aprecia.

El visitante extendió su mano, esbozó una enorme sonrisa y colocó uno de los libros, dentro de un sofisticado aparato. En menos de diez minutos, los ríos, los árboles y, los animales salvajes comenzaron a poblar la Tierra nuevamente.

 

®Raúl Martín Valdez

 

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