martes, 29 de octubre de 2024

''La luz de la ventana'' ® Laura Márquez Acosta


En las noches que el sueño se escapaba por la ventana, Ema pasaba las horas observando el viento moviendo las hojas de los árboles y el búho con su particular ruido creaba una atmósfera de cierto temor en el aire.

En el lugar donde ella vivía, había una antigua casa que poseía una historia que infundía terror entre los habitantes, al observar desde lejos con gran curiosidad, la actividad paranormal en aquel lugar… el recorrido de la luz de una vela  entré las ventanas cómo si alguien la llevará de un lado a otro…Cuentan que allí vivía una familia conformada por una pareja y su pequeña hija Rubí; el padre era un navegante y por tal razón era casi imposible que estuviera en el hogar, se la pasaba viajando por los mares, perdiéndose en los encantos y misterios del océano. Cada vez que llegaba a casa traía un obsequio a su pequeña: era un hermoso espejo porque a Rubí le encantaba coleccionarlos y se los traía de los lugares que visitaba, la pequeña con entusiasmo los colocaba en las paredes de toda la casa, le gustaba reflejarse en ellos cuándo corría por los pasillos; su madre Sofía se quedaba tanto tiempo sola con Rubí que la visita de su esposo le producía una indescriptible felicidad.

Un día de febrero Federico llegó a casa después de meses de ausencia y trajo un hermoso espejo que había comprado en la India, Rubí se llenó de tanta alegría por su belleza particular que lo colocó en el pasillo frente a su habitación y ese día fue tan lindo pero pasó muy rápido, puesto que al anochecer su padre viajaría de nuevo, se despidió de él con un fuerte abrazo y fue a dormir. Rubí estaba tan encantada con su nuevo espejo que no dejaba de cepillarse su cabello frente a él. Una noche antes de ir a dormir la pequeña le comentó a su madre que había observado que su reflejo se quedaba en el espejo al mirase, Sofía no le prestó atención pero con el pasar de los días  se sentía observada por los espejos de todas la casa, se sintió intimidada y llena de temor y empezó a quitarlos colocándolos en una habitación bajó llave;  pero lo curioso es que Rubí pasaba horas frente a la habitación y le decía que ella escuchaba su propia voz llamando para que abriera la puerta.  Sofía le decía a su pequeña que era su imaginación, su padre volvió a casa y trajo un nuevo espejo en forma ovalada con lindos tallados en su marco y lo colocó en el pasillo frente a la habitación de Rubí. Esa noche Rubí no lograba conciliar el sueño: escuchaba ruidos y voces que la llamaban y se levantó, provenían de la habitación donde se guardaban los espejos; abrió la puerta lentamente y en ese instante una fuerza la arrojó dentro de la habitación y se cerró ;ella gritaba, sus padres se levantaron y la buscaban por  toda la casa pero no la hallaban por ningún lado y de repente, todos los espejos aparecieron ubicados en su lugar dentro de la casa, su padre estaba tan lleno de angustia que recorrió toda la casa sin encontrarla.  Lleno de desesperación se detuvo frente al espejo del pasillo tomó un florero y lo lanzó al espejo, éste se quebró  ante sus ojos pero en un parpadeo todos los cristales volvieron a su lugar sin ningún rasguño y la imagen de su hija se reflejó,  Federico colocó sus manos sobre el espejo y de manera espeluznante, la imagen de su hija lo degolló lentamente con un trozo de cristal, Federico murió desangrado frente a la mirada atónita de Sofía; el impacto emocional de la tragedia hizo que Sofía perdiera la razón y fue acusada de la desaparición de su hija y muerte de su esposo y fue recluida en un hospital psiquiátrico.

La casa quedó en ruinas porque los que intentaron habitarla observaban a Rubí en los espejos y escuchaban su voz en la habitación

 Cuentan que Rubí quedó atrapada en los espejos y la imagen de la luz de la vela recorriendo la casa es el alma de su padre buscándola…

 Al acercarse a ese lugar la piel se eriza y el corazón se acelera y si eres valiente y logras entrar, sientes que los espejos te observan a cada paso que das y percibes que te persiguen por todo el lugar, por eso yo sólo observé desde la ventana.

 

® Laura Márquez Acosta

 

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