martes, 9 de noviembre de 2021

''El hombre que nació lejos del mundo'' ®Elliot Roux


 En la escuela nos enseñaron que la historia es lo que construye a la sociedad, nunca entendí el sentido de eso, algunos profesores aseguraban que era por la simple y sencilla razón del antecedente; esto significa que si conocemos lo que ha pasado a lo largo de los años podemos evitar los errores catastróficos o, en caso contrario, intentar repetir los sucesos gloriosos. Eso para mí tenía sentido, sin embargo; había otro tipo de profesores, y esos eran los que te decían que la historia construía (literalmente) las sociedades; esto significa que quitar o poner piezas era parte del proceso de construcción.

¿Lo entiendes? Es un poco difícil al principio, pero te aseguro que es más simple de lo que parece; aunque decir algo así en la sociedad actual les ha costado la vida a muchos de mis compañeros de guerra. Al final ambas posturas significaban lo mismo, sólo que una veía las cosas en teoría, y la otra en práctica. El punto es que, a lo largo de la historia ha existido la manipulación de esta misma, lo que dije antes; quitar y poner piezas.

Aclarado eso, puedo contarte cual fue la pieza que ha llevado a mi civilización a iniciar una guerra global por el dominio de la “verdad”.

Imagina que un día aparece en tu planeta alguien ajeno a él, un individuo de otra civilización, y al llegar te dice que toda la historia sobre la creación de tu mundo es mentira; no conforme con ello te entrega la evidencia que respalda sus palabras, además de un texto escrito por el primer fundador en persona. ¿Cómo lo tomarían en tu mundo? Supongo que has pensado en esa posibilidad alguna vez, y si no lo has hecho aún, es momento de tomarlo en cuenta. Bueno, pues eso fue exactamente lo que pasó en mi planeta, pero eso no es lo que me ha traído a contarte esto, para nada. Lo mejor viene al final, te pido un poco de paciencia.

Mi civilización adoraba a algo que ustedes conocen como “divinidad”, quisiera decir Dios, pero no sería la palabra correcta. Para todos nosotros sólo existía un ser detrás de la fundación de mi mundo, se llamaba EL-UHX. Probablemente esa palabra ni siquiera exista en tu idioma, pero para nosotros era sagrada, no había otro ser al que adorar o mostrar respeto.

El día que el hombre del otro mundo llegó nos sorprendió a todos, hasta ese día ninguno en mi mundo hubiera pensado en la posibilidad de la vida fuera de nuestro mundo, la razón de que ninguno de nosotros pensara en eso la supimos con el tiempo, cuando estudiamos el libro sagrado que nos dejó aquel hombre. Pero en resumen se trataba de una indiferencia impuesta por el fundador, él no quería que nuestra civilización se mezclara con las demás y por ello nos eliminó todo deseo o impulso de explorar la inmensidad del espacio, y a la vez se encargó de borrar todo rastro de nuestro planeta de las demás civilizaciones; ni ellos existían para nosotros ni nosotros para ellos. La explicación del libro se limitaba a decir que en el núcleo de nuestro mundo se mantenía escondido un artefacto que podía servir para construir un puñado de galaxias, pero a su vez tenía la fuerza para destruir ese mismo puñado de galaxias. Se trataba de una llave de oro misteriosa que una o muchas personas buscarían en su momento.

Bueno, el día que aquel extraño hombre llegó nos dijo que alguien ajeno a nuestro universo estaba en busca de esa llave, y no sólo eso, varias entidades peligrosas estaban en busca del mismo tesoro. La confusión en mi civilización fue incrementando a medida que aquel hombre nos revelaba los secretos del libro sagrado, hubo quienes creyeron y quienes no lo hicieron. Los que estuvimos del lado del hombre tuvimos que unirnos a él para ser entrenados en las artes de su magia y así poder defender la llave de aquellos que la vendrían a buscar; los que no quisieron hacerlo se exiliaron a una parte del planeta en la que nadie los molestaría nunca.

Mientras nos preparábamos para la invasión empezó la guerra interna, todos aquellos que no creían en el hombre misterioso se pusieron en nuestra contra y las muertes desde entonces han ido en aumento. A veces quiero creer que nada de eso pasó en realidad, pero entiendo a mis compañeros, fue difícil para todos asimilar que lo que creíamos real era sólo una ilusión para mantenernos tranquilos mientras llegaba el caos. Pero como te dije, eso no es lo peor.  

El hombre que venía de otro mundo enfureció al ver la guerra en la que se encontraba sumida mi civilización. Dijo que se iría y nos dejaría el destino de la llave a aquellos que quisiéramos luchar por ella, pero que nos revelaría toda la verdad del libro, la que estaba escrita en aquellas páginas que no pudimos descifrar por nuestra cuenta.

De todos los que escuchamos esa verdad solamente yo quedo en pie, he podido escapar de mis enemigos para guardar y proteger el secreto. No he encontrado la manera de abandonar mi planeta, pero las civilizaciones enemigas y el buscador de las llaves no tardan en llegar para reclamar el tesoro. Sin embargo; ya no siento miedo de problemas tan absurdos como el de la llave.

Lo primero que se nos dijo fue que existen más de un universo, y más de un creador. No logro comprender eso aún, pero lo haré. Lo segundo que el fundador en realidad era el creador del universo; eso lo entendí rápido. Pero aquello que quebró a mis compañeros fue saber que en realidad el “universo” se encuentra dentro de la mente de alguien; del creador supremo… de Dios.

Desde entonces todos intentamos asimilar el hecho de que, hagamos lo que hagamos; sólo somos parte de la imaginación de alguien ajeno a nosotros.

 

® Elliot Roux

0 comentarios:

Publicar un comentario