lunes, 19 de mayo de 2025

''UN REGALO NADAQUEVERIENTO'' ® BALTAZAR


Adela consulto el calendario, se acercaba la fecha del 60 aniversario de su boda con Claudio y pensó en festejarse con una fiesta donde estuvieran todos sus amigos y familiares más cercanos que llevarían regalos y parabienes además de ofrecerles un buen rato de camaradería en un ambiente formal.

Tomo papel y pluma y empezó a hacer la lista de los presuntos invitados. Prácticamente eran los mismos que invito a su aniversario de oro,  pensaba en los regalos que pudieran llevarles o en el dinero en efectivo que le ofrecerían quienes tuvieran duda de los gustos de ellos los festejados.

Una vez que termino la lista empezó a analizar y adivinar el tipo de presentes que cada persona de  la lista pudiera llevar

La comadre Fela era la más tacaña de todas, en sus reuniones de damas siempre ofrecía llevar los hielos, no le gustaba cocinar ni gastar en grandes regalos.

La vecina Dona Lupita siempre llevaba regalos muy inapropiados, como un juego de vasos de vidrio fuera quien fuera el festejado y por lo general, no tenía ni idea del buen gusto, y a estas alturas de su matrimonio para que necesitaba un juego de vasos si estaba ya deshaciéndose de todos los que había acumulado en su vida matrimonial.

El primo Jeremías nunca llevaba nada, se hacía el disimulado y   solo iba a los festejos para comer y beber hasta hartarse, pero no soltaba un peso para agasajar al festejado

La comadre Lucia estaba peor, siempre llevaba regalos reciclados, algo que le habían regalado previamente y no le había gustado o no le había quedado, no le gustaba gastar en regalos nuevos

Rubén, el jubilado compañero de trabajo de su marido siempre llevaba una botella de vino, sabiendo de antemano que el festejado era abstemio.

Al pariente de la colonia México ni que decir, siempre llegaba con sus siete hijas menores, desde el bebe recién nacido hasta el adolescente que iba a la prepa, y ahí se consumían la mitad del presupuesto del banquete que se preparaba y además al despedirse siempre pedían un plato o dos para llevar

A los sobrinos del rancho no les gustaban la música regional tradicional que siempre amenizaba y siempre pedían que pusieran corridos tumbados o reguetón

A Pepe, el primo mexicoamericano pensó mucho en incluirlo porque a todos lados llegaba en short y playera, no sabía nada de formalidad.

Otro que no respetaba la vestimenta era el cuñado Jesús, siempre llegaba a los eventos formales con sombrero, vestido de vaquero, desarmonizando con los vestidos coctel y el traje de los demás varones

La prima Juliana que llevaba siempre dos o tres invitados a las reuniones a pesar de haberles especificado solamente dos personas en la invitación.

Y en general el resto de los invitados que a pesar de haberles solicitado un regalo en efectivo disimulado con un sobre, como era la última tendencia,  o el signo de pesos en la tarjeta, siempre llegaban con una bolsa de la tienda del dólar o de Waldos con cualquier cosa nadaqueverienta respecto al festejado.

Una vez analizado cada uno de los posibles presentes que sus amistades y familiares le podrían llevar a su pariente, Adela su quedo pensativa.

¿Eso era lo que quería para festejar un evento tan importante en su matrimonio?

¿Valdría la pena invertir una buena suma de sus ahorros para el festejo?

Sus hijos le habían ofrecido apoyarles en lo económico, pero siempre a la mera hora, como ocurrió durante el festejo de sus bodas de oro ellos eran los que finalmente completaban los pagos de todos los detalles

Con que los acompañaran al evento dejando a un lado los compromisos que cada uno tenía con su familia ella estaría contenta al igual que su marido.

No estaba segura de la estima real que a la mayoría de los invitados les tenían a ellos como pareja.

¿Realmente se pondría feliz su marido con los abrazos y saludos poco sinceros de algunos de los incluidos en la lista?

Y empezó a borrar de la lista recién preparada uno a uno de los cuales tenía duda.

Al terminar lo pensó mejor, invitaría solamente a sus dos hermanos más queridos que vivián en la ciudad y que en las buenas y en las malas siempre estaban con ellos, conocían bien sus gustos, incluso la talla de ropa así que  lo que le llevaran serian de su total agrado.

De igual manera sus compadres, padrinos de bautizo de sus hijos que conocían desde hace mucho tiempo, también conocían muy bien a la familia y se sentían parte de ella.

El resto de la familia directa, que estaban en la lista lo formaban cuatro personas más.

De manera que, de la lista original, solamente quedaron menos de veinte personas, si quería una fiesta formal, de buen gusto y con gente que los apreciaran bien, la fiesta se haría solamente con esos invitados.

Llamo a un buen restaurante de la ciudad e hizo la reservación, con la debida anticipación, estaba segura que su marido estaría feliz, recibirían los regalos a su gusto y con las personas que le desearían los mejores parabienes sin falsedades al frente.

Y sin necesidad de un gran presupuesto.

Cuando llego el día, todo transcurrió tal y como lo pensó después de modificar la lista de los invitados,

-Gracias mi amor- le contesto el marido una vez que estuvieron en casa

-Todo salió perfecto, gracias por ser tan detallista

-Hacía mucho tiempo que no me la pasaba tan bien, con tan poquita gente, la comida estuvo super, la compañía super selecta y los regalos justo lo que necesitábamos o deseábamos y una buena cantidad de efectivo que venían en cada uno de los sobrecitos que nos dejaron en el buzón.

En el pasado quedarían de ahora en adelante, las reuniones de festejo inútiles, con invitados que no le aportaban mucho a su estado festivo o que tuvieran que invitarles por compromiso, ya no estaban en edad de hipocresías.

Festejaría, en lo sucesivo y los años que les quedaban de vida con la gente que realmente sentía que lo apreciaban,

Los amigos de verdad dicen que se cuentan con los dedos de las manos y eran lo que necesitaba en su vida, además de sus familiares más cercanos.

El resto de sus conocidos y compañeros y parientes lejanos eran parte importante de sus vidas, no lo podían negar, a muchos de ellos los apreciaba bien, los vería en las ocasiones pertinentes, convivir en su día a día. eran parte de su entorno con los que tenía que compartir su tiempo, pero no en los días más importantes para su familia,

Mucho menos para recibir un presente nadaqueveriento que no usaría, no disfrutaría y tuviera que desecharle poco tiempo después, y el cual le hubiesen entregado solo por compromiso. 

 

® BALTAZAR

 

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