Adela consulto
el calendario, se acercaba la fecha del 60 aniversario de su boda con Claudio y
pensó en festejarse con una fiesta donde estuvieran todos sus amigos y
familiares más cercanos que llevarían regalos y parabienes además de ofrecerles
un buen rato de camaradería en un ambiente formal.
Tomo papel y
pluma y empezó a hacer la lista de los presuntos invitados. Prácticamente eran
los mismos que invito a su aniversario de oro,
pensaba en los regalos que pudieran llevarles o en el dinero en efectivo
que le ofrecerían quienes tuvieran duda de los gustos de ellos los festejados.
Una vez que
termino la lista empezó a analizar y adivinar el tipo de presentes que cada persona
de la lista pudiera llevar
La comadre Fela
era la más tacaña de todas, en sus reuniones de damas siempre ofrecía llevar
los hielos, no le gustaba cocinar ni gastar en grandes regalos.
La vecina Dona
Lupita siempre llevaba regalos muy inapropiados, como un juego de vasos de vidrio
fuera quien fuera el festejado y por lo general, no tenía ni idea del buen
gusto, y a estas alturas de su matrimonio para que necesitaba un juego de vasos
si estaba ya deshaciéndose de todos los que había acumulado en su vida
matrimonial.
El primo Jeremías
nunca llevaba nada, se hacía el disimulado y solo iba a los festejos para comer y beber
hasta hartarse, pero no soltaba un peso para agasajar al festejado
La comadre Lucia
estaba peor, siempre llevaba regalos reciclados, algo que le habían regalado
previamente y no le había gustado o no le había quedado, no le gustaba gastar
en regalos nuevos
Rubén, el jubilado
compañero de trabajo de su marido siempre llevaba una botella de vino, sabiendo
de antemano que el festejado era abstemio.
Al pariente de
la colonia México ni que decir, siempre llegaba con sus siete hijas menores, desde
el bebe recién nacido hasta el adolescente que iba a la prepa, y ahí se
consumían la mitad del presupuesto del banquete que se preparaba y además al
despedirse siempre pedían un plato o dos para llevar
A los sobrinos
del rancho no les gustaban la música regional tradicional que siempre amenizaba
y siempre pedían que pusieran corridos tumbados o reguetón
A Pepe, el primo
mexicoamericano pensó mucho en incluirlo porque a todos lados llegaba en short
y playera, no sabía nada de formalidad.
Otro que no
respetaba la vestimenta era el cuñado Jesús, siempre llegaba a los eventos
formales con sombrero, vestido de vaquero, desarmonizando con los vestidos
coctel y el traje de los demás varones
La prima Juliana
que llevaba siempre dos o tres invitados a las reuniones a pesar de haberles especificado
solamente dos personas en la invitación.
Y en general el resto
de los invitados que a pesar de haberles solicitado un regalo en efectivo
disimulado con un sobre, como era la última tendencia, o el signo de pesos en la tarjeta, siempre
llegaban con una bolsa de la tienda del dólar o de Waldos con cualquier cosa
nadaqueverienta respecto al festejado.
Una vez
analizado cada uno de los posibles presentes que sus amistades y familiares le
podrían llevar a su pariente, Adela su quedo pensativa.
¿Eso era lo que
quería para festejar un evento tan importante en su matrimonio?
¿Valdría la pena
invertir una buena suma de sus ahorros para el festejo?
Sus hijos le
habían ofrecido apoyarles en lo económico, pero siempre a la mera hora, como
ocurrió durante el festejo de sus bodas de oro ellos eran los que finalmente completaban
los pagos de todos los detalles
Con que los acompañaran
al evento dejando a un lado los compromisos que cada uno tenía con su familia ella
estaría contenta al igual que su marido.
No estaba segura
de la estima real que a la mayoría de los invitados les tenían a ellos como
pareja.
¿Realmente se
pondría feliz su marido con los abrazos y saludos poco sinceros de algunos de
los incluidos en la lista?
Y empezó a
borrar de la lista recién preparada uno a uno de los cuales tenía duda.
Al terminar lo pensó
mejor, invitaría solamente a sus dos hermanos más queridos que vivián en la
ciudad y que en las buenas y en las malas siempre estaban con ellos, conocían bien
sus gustos, incluso la talla de ropa así que
lo que le llevaran serian de su total agrado.
De igual manera
sus compadres, padrinos de bautizo de sus hijos que conocían desde hace mucho
tiempo, también conocían muy bien a la familia y se sentían parte de ella.
El resto de la
familia directa, que estaban en la lista lo formaban cuatro personas más.
De manera que,
de la lista original, solamente quedaron menos de veinte personas, si quería
una fiesta formal, de buen gusto y con gente que los apreciaran bien, la fiesta
se haría solamente con esos invitados.
Llamo a un buen
restaurante de la ciudad e hizo la reservación, con la debida anticipación,
estaba segura que su marido estaría feliz, recibirían los regalos a su gusto y
con las personas que le desearían los mejores parabienes sin falsedades al
frente.
Y sin necesidad
de un gran presupuesto.
Cuando llego el
día, todo transcurrió tal y como lo pensó después de modificar la lista de los
invitados,
-Gracias mi
amor- le contesto el marido una vez que estuvieron en casa
-Todo salió
perfecto, gracias por ser tan detallista
-Hacía mucho
tiempo que no me la pasaba tan bien, con tan poquita gente, la comida estuvo
super, la compañía super selecta y los regalos justo lo que necesitábamos o deseábamos
y una buena cantidad de efectivo que venían en cada uno de los sobrecitos que nos
dejaron en el buzón.
En el pasado
quedarían de ahora en adelante, las reuniones de festejo inútiles, con
invitados que no le aportaban mucho a su estado festivo o que tuvieran que
invitarles por compromiso, ya no estaban en edad de hipocresías.
Festejaría, en
lo sucesivo y los años que les quedaban de vida con la gente que realmente
sentía que lo apreciaban,
Los amigos de
verdad dicen que se cuentan con los dedos de las manos y eran lo que necesitaba
en su vida, además de sus familiares más cercanos.
El resto de sus
conocidos y compañeros y parientes lejanos eran parte importante de sus vidas,
no lo podían negar, a muchos de ellos los apreciaba bien, los vería en las
ocasiones pertinentes, convivir en su día a día. eran parte de su entorno con
los que tenía que compartir su tiempo, pero no en los días más importantes para
su familia,
Mucho menos para
recibir un presente nadaqueveriento que no usaría, no disfrutaría y tuviera que
desecharle poco tiempo después, y el cual le hubiesen entregado solo por
compromiso.
® BALTAZAR