miércoles, 24 de febrero de 2021

''Bicicletas flotantes'' ®Victor Hugo Orduña


Algún día nos daremos cuenta

lo absurdo que fue inventar

la Palabra.

 

O. S. S.

 

Hiéreme el suave rubor de las bicicletas flotantes,

zigzags de saltimbanquis poemitas,

que bordeando van monotonías abruptas,

con sus improvisados pulmones abiertos

por el boulevard del cielo.

 

Que amena sinfonía sobre llantas invisibles, cual afinados manubrios en fa sostenido, que ni las cien noches de la noctámbula ciudad escribió en mil años. Acabemos de una vez por todas con la maldita Palabra que deambulan por los callejones oscuros. Hoy he de romperme las piernas para no andar nuevamente esta calle.

¡Levante su mano el voluntario que ha de cortarle la cabeza a la impía retórica! ¡Un paso adelante compañero! El patíbulo espera en la plaza pública ver morir al falso poeta. ¡Un paso adelante compañero!

Tome, vaya y sintetice nuestros nombres sobre aquel cementerio.

¡Abran fuego, insurrectos! Que la ciudad se derrumba en borbollones. Pongo mi pecho de testigo,

aquí mi garganta y la cabeza, en la mano mi cerebro y la sangre.

 

Desollemos la Palabra que tanto daño nos hay hecho,

voto por derrumbar

 

los idiomas,

las grafías,

las fonías,

los sufijos

y prefijos.

 

Les doy mis hijos, pero no más Palabra.

 

¡Compañeros!

 

Tiren sus lenguas que es una antipoética orden. Por la Palabra perdí la luna, por ella el sol se me cayó de la memoria, por ella no alumbré más mariposas, por ella la taza es ella y no él. No hay rano, ni ciela, ni númera, ni las gato, ni los perra, o que decir de: “Un casas blanco cayeron mañana”. Bah, la Palabra no sirve, no tiene cofre ni capacete, no sirven porque no sabe, no huele, no camina, no te lleva al cine, mucho menos al mercado. El Gran Festival de la Palabra es irreal. Vean la ciudad. ¿Acaso la Palabra no deformó nuestras casas? ¿No es ella la que se prostituye en los tejados?

Hace falta ver.

 

¡Veeean!

La Palabra es el verdadero roba chicos.

 

Duerme mi niño,

duérmete ya,

que viene la Palabra,

que la Palabra viene,

y con sus filosos dientes...

 

te comerá. (!)

 

®Victor Hugo Orduña (Matamoros, Tamps. México)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

0 comentarios:

Publicar un comentario