El miedo me ata a las cadenas,
Próximas a las laderas de la vida
De dolor estoy ebrio
Así como ahora lo está el piso de sangre
De plasma rojo gobernante de amores y odios juveniles
De chicas consentidas bajando unos pantalones
¡Miles de delincuentes en una cárcel!
Una cárcel es de la que ahora
Infraganti, hasta tímido me escapo
Me espumo por debajo de los carriles del humo
De aquel humo sagrado que solo los muertos despiden
Un alba melancolía
Mi alma nostálgica, incierta
Irritada por el color de la soledad.
Miles de violines chillones cantan en mí una sonata indescifrable
Llena de ansias y temor a la libertad
Mutilada de fuegos artificiales
Inauditos y oscuros esta mi alma
Condenada a seguir los rayos tenues, casi invisibles de la luna
Que se asoman
Y saludan por encima del fogón de mi supuesto aliento.
El mundo real me atormenta
¡Tan condenado estoy de esconderme del fantasma!
Enfermedades sangrientas, adoloridas me gritan tanta «venganza»
Especulaciones atascadas en el flujo de mi odio, mísera existencia
Tan ahogado y abrupto a punto de acabar.
La sangre me ahoga
No puedo dejar de esculgarla y esparcirla por las calles,
Por las piernas de las mujeres
Estoy tan necesitado que te llamo y ya vienes condicionada con la muerte
En un anillo manchado y repleto de recuerdos.
Esta noche el sueño será el sabio
Tú ya vienes, despacio como siempre te acercas
Moviendo los tacones al pasar del filo y del dolor
Mi sangre hierve, ¡Puede que por fin ya no este solo!
Inmolación
Veo la luz y ya no tengo miedo
Con cada paso que da el fantasma de tu sombra a las puertas del sentido
Se aleja de la vista la incertidumbre manchada de clemencia
Dejándote paso como oscuridad remota, ¡ha desaparecido!
Yo solo me quedo quieto, tal vez absorto
Cerrando los ojos, abriéndolos en un mínimo descuido
Ya no tan determinado, el miedo de nuevo se pronuncia
Pero de nuevo las cadenas y me siento convencido
A cortarlas, dejarlas detrás de las escenas
De las burlas y el dolor.
Reclamando a gritos a tu sombra
Esa que desaparece cuando el mar de la sangre se esfuma con el sueño
Tal vez el filo no sea tan maldito y aclamo, dibujo tu nombre
Entre cada peca, pezón y cabellera
Olas de sangre me transportan a tus tacones
Al lugar del ensueño, de las canciones románticas, nítidas tal vez
Perdidas tras en filo de nuestro aliento.
Viviendo tal vez de una fantasía por los siglos de los siglos
Me quedare orgulloso por alejarme
Y absorto me quedare vendo la guerra
De cómo los demás camellos del mundo sueñan con ser leones
Soñare tal vez con ser águila en el desierto
Y en medio de tus labios, tal vez de un «te amo»
ODIO
® Andrés Camilo
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